Mientras se espera que en 2015 nadie tenga que dormir en la calle, diversas entidades han elaborado un decálogo para poner fin a la exclusión residencial.
El sinhogarismo se puede erradicar. Las propuestas son varias, pero todas deberían conseguirlo para 2015. El Parlamento Europeo aprobó en abril de 2008 una Declaración que asó lo solicitaba. Diversas entidades de la Comunidad de Madrid han elaborado un decálogo de propuestas para colaborar en la consecución de este objetivo. Cada una de las iniciativas diseñadas con un ámbito en concreto, es decir, derechos, política social, empleo, modelos de alojamiento, etc. Se aboga por un esfuerzo común para evitar que cada noche miles de personas tengan que dormir al raso, sin un techo que les cobije, pero también sin una red social que les de un respaldo. Se ha establecido un periodo de cinco años para llevar a cabo todas las estrategias. Primero se defiende el derecho a una vivienda digna y estable (artículo 47 de la Constitución que "establece el deber jurídico de los poderes públicos de proteger, garantizar, promover y no vulnerar el derecho a la vivienda"); respecto a las administraciones se pide que adopten un enfoque global para atacar la situación de las personas sin techo desde todos los frentes.
Otras vías que se proponen son: política integral de inserción laboral, alternativas residenciales suficientes, calidad de la prestación de los servicios destinados a personas sin hogar, programas psicoeducativos, dinámicas y experiencias participativas, enfoque de género en la atención y una estrategia adecuada de coordinación. Pero antes de tomar medidas para paliar los efectos, se apela a la prevención. Se podría evitar que las personas acabaran en la calle si hubiera viviendas suficientes en régimen de alquiler y a precio asequible, ayudas económicas directas para el mantenimiento del alquiler de acuerdo a las circunstancias de los solicitantes, servicios preventivos de asesoramiento y sistemas de rescate por impago del crédito hipotecario, cauces de comunicación adecuados entre los juzgados y los servicios sociales municipales, detección precoz de las necesidades de las personas vulnerables a la pérdida de la vivienda y acompañamiento social a las unidades familiares que lo requieran.
Cómo ayudar
Quienes deseen ayudar a las personas sin hogar pueden hacerlo de manera altruista a través de diversas organizaciones. La Fundación Rais cuenta con proyectos de participación ciudadana, como las "redes vecinales", entendidas como un modelo de participación horizontal o espacios de encuentro "entre vecinos normalizados y otros que han pasado por situaciones de exclusión social". Así se entablaban relaciones de apoyo e, incluso, "un vínculo afectivo con un grupo de personas del barrio".
Arrels Fundació acepta aportaciones económicas o la ayuda inestimable de los voluntarios, ya sean de calle, en centros, residencias, talleres o pisos tutelados, entre otros. Se contacta con personas sin hogar, se conversa con ellas o "se las atiende cuando están hospitalizadas o convalecientes en centros médicos".
Fundación San Martín de Porres desarrolla programas de alojamiento y empleo, junto con talleres de artesanía, jardinería o carpintería que, en algunos casos, se imparten de manera individualizada.
Blog creado por las alumnas Elena López Portero, Sonia Rivas Sánchez y Regina García Sánchez del tercer curso del Grado de Educación Social de la Universidad de Almería, con el fin de crear un espacio de conocimientos destinado al alumnado que comienza a cursar Educación Social en la comunidad andaluza y que pueda demandar información y recursos para obtener información acerca del trabajo con colectivos sin hogar.
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